Enrique Marachón Vidal logró el domingo en tierras gallegas adjudicarse el III Trofeo Portus Apostoli –Campeonato de Galicia Júnior 2025. Una victoria que ponía el final a una larga travesía por el desierto. El corredor valenciano llegó al pelotón júnior tras ser doble campeón de España cadete en ruta y CRI y sumar un palmarés envidiable. Tras un año de aprendizaje una mononucleosis, «un virus que te deja sin energía, sin fuerzas», que le obligó a estar dos meses sin poder competir, frenó de golpe su espectacular trayectoria. El proceso ha sido duro, pero en ningún momento Kike se ha venido abajo y en su última carrera como júnior ha sido capaz de levantar de nuevo los brazos. «Pues la verdad que con el año que he tenido no es tan solo una victoria. Para mí, ha sido un aprendizaje tanto mental como físico. He tenido que aprender a lidiar con la adversidad durante 5 meses para volver a levantar los brazos en meta. La verdad que me hace mucha ilusión y estoy bastante contento de cerrar el año de este modo», apunta el ciclista del Picusa Academy horas después de dejar claro que ha vuelto y que la temporada que viene tendrá la oportunidad de seguir creciendo como ciclista después de una campaña en la que lo ha hecho como persona.
Todo estos meses en la sombra le han servido para madurar mentalmente y prueba de ello, en estos momentos de recoger todo el esfuerzo realizado, de alegría, no resulta extraño, si no todolo contrario, que se acuerde de Iván Meléndez, corredor del Tenerife Cabberty U19 Team, fallecido durante la disputa de la penúltima etapa de Vuelta Ciclista a la Ribera del Duero. «Me gustaría dedicarle la victoria, con el permiso de todos, tanto a la familia, a los compañeros, y al equipo de Iván Meléndez, el chico que falleció en la carrera de RiBera del Duero hace un mes. Son tragedias que son difíciles de llevar y la verdad que me gustaría dedicársela a él. Además de a mi familia, al equipo obviamente, y a toda la gente que me apoya, pero en especial a él».
ALICANTE Con el PLATO GRANDE 