JOSEP TOMÀS I JUAN. Corredor del Netllar Telecóm Alé

Día 17. A cinco años vista
Te levantas, te pesas, te tomas las pulsaciones en reposo, desayunas, anotas como te sientes, cuánto y cómo has dormido. Te preparas para hacer los ejercicios de gimnasio y rodillo que ejecutas metódicamente para mejorar tus capacidades, un día más.
Al fin y al cabo, uno de mis principales objetivos es llegar a ser ciclista profesional. Aunque de momento es más un sueño que un objetivo. Voy trabajando poco a poco en ello, al igual que en los estudios. De esta manera, y si la suerte acompaña, alguna temporada, de aquí a cinco años, la podría dedicar en gran parte al ciclismo. Ya he acumulado muchos sacrificios por hacer lo que me gusta. Entre ellos hay varias fiestas y quedadas con los amigos, o días de permanecer jugando hasta tarde a videojuegos que me he perdido. Pero esto es algo que me enorgullece, pues de esta manera, pasarme un año que muchos estudiantes dedicarían a viajar, a hacer un Erasmus o a otras cosas, no me llama tanto la atención como dedicar todo ese tiempo a realizar unos mejores entrenamientos para intentar dar un gran salto de calidad. Estos serían mis planes a unos cinco años vista, pero aun queda mucho camino por recorrer y muchas cosas que se podrían torcer.
Pero primero, por encima de todo, habrá que pasar esta cuarentena. Estamos a día 17 y parece ser que se estabiliza la incierta situación. De momento os dejo este otro fragmento de «La autopista del Sur»para que os identifiquéis con los carismáticos personajes que aparecen y desaparecen de este diario como fantasmas perdidos en un laberinto: «Aparte de esas mínimas salidas, era tan poco lo que podía hacerse que las horas acababan por superponerse, por ser siempre la misma en el recuerdo; en algún momento el ingeniero pensó en tachar ese día de su agenda y contuvo una risotada, pero más adelante, cuando empezaban los cálculos contradictorios de las monjas, los hombres del Tanus, y la muchacha del Dauphine, se vio que hubiera convenido llevar mejor la cuenta».