El exdelegado de Ciclismo de Alicante y hombre siempre vinculado a la base dice adiós a los 82 años orgulloso del trabajo realizado y confesando que «pronto la provincia va a tener con Juan Ayuso un nuevo Alejandro Valverde»

Las Escuelas de Ciclismo de Alicante aprovecharon el Trofeo Diputación, última carrera de la Challenge Provincial disputada el domingo, para homenajear a Miguel Mora. Vinculado durante más de 40 años al ciclismo de Alicante, del que fue su delegado durante años, ha decidido dejar su vinculación con las escuelas a sus 82 años. “Es la hora del adiós y me siento orgulloso de que la gente del ciclismo haya tenido este detalle conmigo, aunque tengo que decir que todo el trabajo que se ha hecho no es algo mío, sino de muchas personas que vienen trabajando para que las Escuelas sigan siendo la base de nuestro ciclismo”.
Mora se va con la satisfacción “de comprobar que ahora que este deporte es una auténtica familia. Vamos todos a una, ciclistas, monitores, padres, directivos y árbitros”. Y como apasionado que es del ciclismo base “entiende que el trabajo que se ha hecho con las Escuelas es muy importante. Estamos haciendo ciclistas y, sobre todo personas. Da gusto ver como los chavales después de competir son amigos y se llevan todos muy bien». Miguel Mora considera “vital el apoyo de Diputación en todo este trabajo que se ha hecho alrededor de las Escuelas. Sin su colaboración no tendríamos el nivel actual y hay que agradecérselo”.
Nacido en 1940 «en el campo» entre Pinoso y Yecla, y vinculado siempre a Villena no olvida ninguno de los ciclistas que ha tenido Alicante en el profesionalismo en los últimos años y considera que el futuro está ahora en Juan Ayuso. “Estoy convencido de que la provincia va a tener pronto con él un Alejandro Valverde. Pese a su edad es un corredor con un gran potencial y muy maduro”.
El exdelegado de Ciclismo de Alicante entiende un deporte del pedal en el que “los jóvenes tienen que ir poco a poco forjándose”, aunque reconoce que “ahora vivimos otros tiempos y el mundo va muy deprisa. Ciclistas como Pogacar explotan muy pronto y la teoría de la tranquilidad queda un poco en entredicho, aunque temo que por esas prisas muchos chavales se queden en el camino”.
Miguel Mora se baja del tren del día a día del ciclismo, pero siempre estará ahí tratando de ayudar siempre que se le pida un consejo. Su gran tarea alrededor del ciclismo ha dado sus frutos y sus continuadores nunca olvidarán su legado y tratarán de engrandecerlo.