Diario de un ciclista en cuarentena

Día 1

Te levantas, te pesas, te tomas las pulsaciones en reposo, desayunas, anotas como te sientes, cuánto y cómo has dormido y te subes al rodillo. Tan mecánica la rutina como el pedaleo del deportista que suda otro día más.

Esta mañana, antes de entrenar, me encontraba instalando una nueva aplicación en el ordenador. Un simulador que me acompañará estas semanas para amenizar las horas que se pasan sobre el sillín, pues si tan solo tuviese la amarga compañía de los inquietos números del ciclo-computador, las cifras de los minutos parecerían las de las horas.

¿El entrenamiento de hoy? Sencillo. Tocaba disfrutar, hacerse a los entrenamientos en casa después de una semana un poco loca. ¿Los planes para estas semanas? Difícil. A las carreras aplazadas se le suma la incertidumbre de quien no sabe cuando volverá a competir. En esta situación se hace difícil planear nada. Aun así hay que entrenar, estar activos para que cuando todo vuelva a la normalidad poder rendir a mi mas alto nivel.

A los 50 minutos de rodillo de hoy, les han acompañado media hora de ejercicios de core y otra media de estiramientos para completar el entrenamiento. Los estiramientos para prevenir lesiones y relajar la musculatura, y el core para fortalecer la cadena motora que nos hace pedalear.

Tras un merecido descanso, me encuentro escribiendo este diario con la satisfacción del trabajo bien hecho; pensando ya en el entrenamiento de mañana, con la misma ilusión que con la que me he levantado hoy.