
Carlos Ortega (Ibi, 25 de marzo de 2004) ya se encuentra en la rampa de salida de una campaña en la que se enfrenta a una categoría en la que pretende conocer si puede seguir progresando hacia la élite. Llega fuerte y con la moral por las nubes tras un periplo en la que ha trabajado duro y en la que nadie le ha regalado nada. Lucirá como sub 23 el maillot del ULB después de militar como júnior en el Guijarro Sporting Pursuits. Tras compaginar baloncesto y ciclismo se decantó por la bicicleta. Hizo sus pinitos en triatlón y terminó en el deporte del pedal, más concretamente en el Club Ciclista San Vicente. En el GD Llopis compitió con cadete. Aunque a principios de 2020 sufrió una caída, que lo apartó un tiempo de los entrenamientos y la competición, no se desanimó y por este camino ha llegado a tener una oportunidad entre los amateur. Admira la polivalencia de Mathieu Van der Poel y se considera un escalador. «Estoy encantado de que me hayan dado la oportunidad de formar parte del equipo y daré lo mejor de mi para ellos», comenta Carlos antes de señalar que «mis objetivos para la siguiente temporada son adaptarme a la nueva categoría y ayudar en todo los posible al equipo que ha depositado su confianza en mí».

Carlos Ortega tuvo su mejor momento de la temporada que acaba de terminar en el III Memorial Antonio Sarabia, disputado en Las Torres de Cotillas, en el que firmó un segundo puesto. Tan sólo le superó Yeray González (Manuela Fundación). Terminó duodécimo en la general del Víctor Cabedo y en la plaza 14 en el Trofeo San Pascual. «Ha sido una temporada que me ha servido para aprender muchísimo. Aunque en el momento que mejor estaba tuve una lesión en el tobillo que me dejó unas semanas apartado de la competición. Supe recomponerme y a los dos meses de tener el contratiempo pude volver a rendir a mi mejor nivel haciendo un segundo puesto en el Memorial Antonio Sarabia en Murcia», relata en la hora del resumen. El ciclista ibense tampoco se olvida de lo que ya es su pasado más inmediato. «Dar las gracias a mis compañeros de equipo y sobre todo a mis dos directores Pablo y Zamora que me han hecho mejorar en la bici y como persona», sentencia.