
Este fin de semana se han dado dos anécdotas que a buen seguro sus protagonistas recordarán durante mucho tiempo en dos deportes distintos como el fútbol y ciclismo. El «¡tierra trágame» aparece en ambos en su máxima expresión. El sábado, en el partido de fútbol Rayo-Girona, de Primera División, el centrocampista rayista Trejo asumía la responsabilidad de lanzar un penalti y no se le ocurrió otra idea que el emular a Messi y Cruyff y sus penaltis indirectos. Trejo tocó en corto para Isi, que venía en carrera, pero el medio rayista remató alto. Los barcelonistas tiraron un penalti igual hace varias temporadas contra el Celta de Vigo, y el gol subió al marcador, mientras que el origen de dicha jugada la protagonizaron Johan Cruyff y Jesper Olsen en el 1982.
Y el domingo, en Beneixama, en la primera prueba de cadetes de la temporada en la Comunidad Valenciana, fueron descalificados en la primera manga los corredores del Esetec Pikolinos Héctor Pastor, José Ramón Guijarro y Ricardo Giner, además de Francis Peñaranda (CC Rol) y José David Tomás (El Nieto del Lobo) que tuvieron la idea de entrar en meta juntos y agarrados. Una fórmula que prohíbe el reglamento y que obligó a los jueces a descalificarlos. Según afirma Art.1.2.081 del Reglamento «los corredores deberán defender deportivamente su propia suerte, todo comportamiento tendente a falsear el interés de la competición estará estrictamente prohibido», como ejemplo que entren cinco corredores de tres equipos diferentes cogidos de la mano, sea una manga o sea una final. Los cinco ya no lo volverán a repetir y supongo que Trejo e Isi tampoco experimentar con un penalti de forma indirecta.