Bernardo Ruiz y Aitor González conquistaron la general de las ediciones de 1948 y 2002
Rubén Plaza ha sido el último alicantino que subió al podio como vencedor de una etapa

Estos días de confinamiento por la pandemia de coronavirus vienen bien para mirar al pasado y en esta sección del «Baúl de los recuerdos ciclistas…» trata de ello. Empezamos por dar protagonismo a los corredores alicantinos que han brillado en la Vuelta Ciclista a España a lo largo de toda su historia .

Rubén Plaza, entonces en el equipo Lampre, es el último ciclista de la provincia que ha subido al podio como vencedor de una etapa de la ronda española. El ibense se impuso, en 2015, en la vigésima jornada disputada entre San Lorenzo de El Escorial y Cercedilla, de 175 kilómetros, en la que el italiano Fabio Aru (Astana) se enfundó el maillot rojo que le convirtió en virtual vencedor de la carrera a falta del último día, de trámite, con final en Madrid.
Plaza, con una larga escapada en solitario de 140 kilómetros, se presentó en Cercedilla con un tiempo de 4h.37m.06s. A 54 segundos llegó el grupo de Fabio Aru, que levantó los brazos en la recta, y de Joaquim «Purito» Rodríguez, quien conservó el segundo puesto de la general frente el acoso de Majka, quien pasó a la tercera plaza. «Me la he jugado a una carta y me ha salido bien», decía el corredor alicantino que se retiró al final de la pasada campaña en el Israel Academy. Plaza ya había ganado una etapa en la edición de 2005, con final en Guadalajara, en la que fue sexto en una general de una ronda que ganó Denis Menchov.
Época moderna
En la época moderna del ciclismo, solo otros tres corredores de la provincia, además de Rubén, fueron capaces de ganar una etapa: Santos González, José Emilio Cuadrado y Quino Hernández. El crevillentino lo hizo en la jornada 21 de la ronda de 2000. Además, rozó el podio, ya que terminó cuarto por detrás de Roberto Heras, Ángel Luis Casero y Pavel Tonkov. Llegó a lucir, en la etapa once, el maillot de líder.

El ciclista de Onil, José Emilio Cuadrado, se impuso en Castellón en el primer sector de la primera etapa de la Vuelta de 1990, con el maillot del Puertas Mavisa. «Todavía me acuerdo de aquel día. Me metí en una escapada y luego no fallé», apuntaba antes de comentar que «me encontraba en un buen momento de forma y no desaproveché la oportunidad». Y, el eldense Hernández, aunque nacido en Casteldefels desde niño vivió en Alicante, se llevó una en 1989.
Una Vuelta muy polémica
Capítulo aparte merece Aitor González. Trece años antes de la victoria de Plaza, el ciclista vasco había sido capaz no sólo de ganar tres etapas sino de ser el vencedor de la ronda nacional de 2002. Aunque afincado en San Vicente del Raspeig nació en la localidad guipuzcoana de Zumárraga. En el podio estuvo acompañado de Roberto Heras y Joseba Beloki, en una ronda muy polémica. El jefe de filas del equipo Kelme, que dirigía Vicente Belda en aquella edición, era Óscar Sevilla, después de que quedara segundo en 2001. Sin embargo, Aitor González rompió la estrategia del equipo ilicitano en la recordada etapa con final en el Angliru. Sevilla comandaba la general, pero Aitor, a apenas un segundo, decidió ir por libre consciente de que podía ganar LaVuelta en la crono final en Madrid. Se puso a tirar y rompió el grupo de favoritos, dejando cortado a su compañero. El de San Vicente del Raspeig no logró la victoria en la mítica cima, ya que Heras, tras aprovechar su increíble colaboración para distanciar a Sevilla, atacó y dejó también atrás a Beloki y al propio Aitor. Atravesó en solitario la meta, con 1:35 sobre el vasco, 2:16 sobre Aitor y 2:50 sobre Sevilla y vistiéndose el maillot de líder de la Vuelta (con 35 segundos de renta en la general sobre Aitor, 1:08 sobre Sevilla y 1:57 sobre Beloki). Era un tiempo prácticamente irrecuperable en la contrarreloj final del Bernábeu para un escalador como Sevilla, pero no para González. La actuación de Aitor fue duramente criticada por su director y sus compañeros. De hecho, el equipo le forzó a que entonara el mea culpa de manera pública. En la etapa con final en La Covatilla, dos días antes de la contrarreloj decisiva, Heras apenas pudo arañarle unos segundos, por lo que su desventaja era de apenas 1:12 de cara a una crono llana de 41 kilómetros.
En el último día, además de la etapa, el corredor afincado en Alicante logró ganar la clasificación general subiendo con el maillot oro a lo más alto del podio de una carrera en la que había ganado además tres etapas. Heras fue 2º (a 2:14, tras perder 3:22 en la crono), con Joseba Beloki 3º (a 3:11). Su compañero de equipo Óscar Sevilla finalizó 4º (a 3:26, es decir, a 15 segundos del podio).
Segunda del equipo Kelme
Aquella fue la segunda ronda española que ganaba el equipo Kelme ya que en la edición del año 2000 lo hizo con Roberto Heras. Los de la «garra» fueron capaces de vencer a lo largo de sus años de existencia en 41 etapas de la Vuelta a España, de las que cuatro cada uno se adjudicaron José Recio y Roberto Heras. Fue segundo en la general con Fernando Escartín (1998) y Óscar Sevilla (2001).
Vicente Belda, en su época de corredor, ganó una en 1981, con final en los Rassos de Peguera, y subió al podio final como tercero acompañando a Giovanni Bataglin y Pedro Muñoz. Antes lo había hecho en Ampuero, en 1978, en el Santuario de la Bien Aparecida.

Bernardo Ruiz y los sombreros de paja
En la época del blanco y negro de LaVuelta hay que destacar a Bernardo Ruiz y a Luis Navarro Amorós. El noveldense ganó una etapa con final en Castellón en 1950, dos años después de la exhibición realizada por Bernardo Ruiz. El oriolano Bernardo es el único corredor nacido en la provincia que ha ganado la general final de la Vuelta. Se impuso en la 1948, con 23 años, en una edición en la que pudo disfrutar de cruzar como líder por su Orihuela natal en la cuarta etapa, que acabó en Alicante tras 202 kilómetros, con triunfo del italiano Roberto Vercellone. El héroe local ganó el esprint intermedio, antes de parar media hora a comer con el resto del pelotón. En la reanudación, según El Mundo Deportivo, «casi todos los ciclistas se tocaron con los clásicos sombreros de paja de la huerta alicantina ante la sorpresa de los extranjeros, que acabaron por imitar el procedimiento para librarse del sol».
Las etapas de montaña que discurrieron por la cornisa cantábrica decidieron, una vez más, el ganador final. El excelente estado de forma de Bernardo Ruiz, le permitió adueñarse del jersey amarillo que mantuvo hasta el final de la carrera a pesar de los continuos ataques de Langarica. Ruiz también se adjudicó la clasificación de la montaña y se impuso en tres etapas. En la edición de 1950 fue el mejor en dos jornadas.