JOSEP TOMÀS I JUAN. Corredor del Netllar Telecóm Alé

Día 23. Con la batería baja
Te levantas, te pesas, te tomas las pulsaciones en reposo, desayunas, anotas como te sientes, cuánto y cómo has dormido y te subes al rodillo, hoy para afrontar la sesión con una dificultad añadida: el cansancio. Pues resulta que me he levantado con el cuerpo apagado, con las piernas que no querían pedalear o con la batería baja.
Opino que es en días como el de hoy cuando se nota que te gusta lo que haces, pues en caso contrario hubiese elegido el camino del descanso, que tan tentador se presenta a veces. En cambio, he preferido la satisfacción personal del trabajo bien hecho. Me he embarcado en esta odisea con muchos más puntos de dificultad de lo que debería de haber sido un entrenamiento normal. Durante la hora y media en el rodillo piensas varias veces que no vas a ser capaz de aguantar todo el entrenamiento, que tal vez sería mejor dejarlo, pero al final tu fortaleza mental te lleva de una serie a otra, de un minuto a otro… Y bajo el lema de que “durante un minuto eres capaz de mover la potencia que quieras” terminas la hora y media, haciendo la sesión que estaba planeada; sin cambiar las intensidades y sin saltarse ninguna serie.
Se podría pensar que estos son síntomas de algo más profundo y que entrenar así no puede ser bueno. Y tal vez tenga razón quien argumente de esta manera, pero veo demasiado tempranas las conclusiones. En cambio, si se puede decir que al final del día he hecho 100TSS más que si no hubiese entrenado.
Pero eso es tiempo pasado ya, ahora termino la entrada del diario deseoso de hacer el core que debería haber hecho por la tarde, pero que inocentemente he ido dejando para después como quien no quiere la cosa. ¡Deseadme suerte!