JOSEP TOMÀS I JUAN. Corredor del Netllar Telecóm Alé

Día 26. Un deportista no es sino un poeta, un pintor, un escultor…
Te levantas, te pesas, te tomas las pulsaciones en reposo, desayunas, anotas como te sientes, cuánto y cómo has dormido y haces los ejercicios de core y gimnasio que tenías preparados para hoy. Nada fuera de lo normal, hacer los ejercicios descansando lo suficiente entre intervalos pero notando el trabajo bien hecho, es decir, el trabajo bonito.
Y es que hay cierta belleza en la perfecta ejecución de un movimiento. Incontables son las veces que he hablado con Héctor ( un amigo mío que es atleta ) sobre lo asombroso que es ver a los corredores de larga distancia hacer una maratón una zancada tras otra. Con el ciclismo sucede algo parecido, pues la ejecución de un pedaleo perfecto es una técnica que requiere de tiempo y dedicación. A los aficionados que empiecen a pedalear ahora como consecuencia de la cuarentena, por ejemplo, les resultará toda una odisea pedalear a 100 rpm, sin hablar siquiera de la eficiencia de pedaleo que miden los potenciómetros Rotor, por ejemplo, y que un profesional ha perfeccionado hasta el 85-95%.
Sucede lo mismo con los ejercicios en el gimnasio o en casa. Es más, una persona no muy entrenada puede notar la diferencia entre la realización buena de un ejercicio y cuándo dicha ejecución puede resultar perjudicial para los músculos y articulaciones, tan sólo basándose en su propia intuición.
Al fin y al cabo, un deportista no es sino un poeta, un pintor, un escultor que con su sudor y con su dedicación esculpe sobre un bonito paisaje sus poéticas hazañas que no son sino la sutil delicadeza y fuerza que transmite con los hipnóticos movimientos que tanto tiempo le ha costado perfeccionar.